¿Qué filtros debo cambiar de mi coche?

«Le cambiaremos el filtro de aceite y aire», dicen muchos mecánicos hasta de servicios oficiales. Lo cierto es que, cuando tenemos un coche nuevo, todo «huele a nuevo». Os explico: los coches tienen multitud de filtros, sobre todo los nuevos, y es que hay algunos que podemos cambiar nosotros mismos. En muchos talleres oficiales sólo nos cambian los filtros de aceite (obligatorio con el cambio de aceite) y filtro de aire (es muy fácil y poco costoso de cambiar, por eso lo hacen).

En los coches gasolina, existe un filtro de combustible que «cuela» algunos elementos sólidos que puedan estar en suspensión en el combustible; en los diésel o gasoil existe ese mismo filtro, aunque triplica su tamaño: las impurezas del gasoil son mucho mayores, de ahí la obligatoriedad de cambiarlo si queremos que nuestro motor esté en buen estado. El filtro de habitáculo interior (cabina) es importante cambiarlo también, pues recordemos que cuando estamos en carretera vamos «oliendo» allá por donde vamos pasando, y es mucho mejor respirar con una mascarilla que sin ella.

Vamos por partes:

Tipos de filtros: funcionalides

La palabra filtro ya nos dice todo. Si queremos que todo lo que pasa y circula por nuestro coche y motor esté libre de impurezas, debemos cambiar los filtros. Por norma general, tenemos que cambiar todos los filtros del coche cada 12 meses, siempre y cuando hagamos kilómetros (aunque no lleguemos a los 15.000 que nos determina el fabricante).

Existen filtros de: motor, interior de habitáculo (antipolen), escape, etc. Lo que nos interesan son los filtros del motor y del interior del habitáculo, pues son los que más sufren. Los filtros de escape de gases son muy caros (algunos 300 €) y se denominan filtros DPF, y el mismo vehículo tiene un testigo en el cuadro de mandos que nos avisará para sustituirlo. Nombraremos los más importantes:

Filtro de aceite (motor)

Es el filtro base, el principal de todos. El que debemos cambiar sí o sí cada 15.000 km o cada 24 meses desde su última sustitución (lo que suceda primero). Hay aceites longlife (larga duración) que nos ofrecen hasta 30.000 km sin cambiar el aceite, pero el filtro deberíamos cambiarlo sí o sí. Es nuestra leal recomendación.

Sirven para «colar» y eliminar todas las impurezas que contenga el aceite: trozos microscópicos de metal producidos por el desgaste del motor, pequeñas piezas metálicas, etc. El aceite debe ser sintético 100% para que estas impurezas sean lo mínimas posibles.

Cambio: cada 15.000 km o dos años, lo que suceda primero.

Filtro de combustible (gasolina y gasoil / diesel)

El segundo filtro más importante de todo el conjunto motor. El combustible, ya sea gasolina o gasoleo, pasa por su interior y queda filtrado de toda suciedad que pueda contener. Recuerda que muchas gasolineras (sobre todo las lowcost) no suelen tener limpios las cisternas de fuel (depósitos) y acumulan bastante sedimento, porquería que se recoja en la manguera de llenado (piensa que entra en muchos coches), etc. En definitiva, cualquier elemento en suspensión que tenga el combustible es filtrado por este imprescindible filtro.

Cambio: cada 15.000 km o cada año, lo que suceda primero.

Filtro de aire (motor)

Es el tercer filtro más importante. La admisión de aire del motor (por el frente) debe tener un lugar para ser filtrado o limpiado de toda suciedad, aquí es donde juega un papel fundamental este filtro. Todo el aire que viene del exterior hacia el motor es «colado» por este maravilloso filtro.

Cambio: cada 15.000 km o cada año, lo que suceda primero. En vehículos que estén circulando por carreteras con mucho polvo (canteras), carriles de tierra, campos, etc, conviene sustituir cada 6 meses.

Filtro de habitáculo (antipolen, carbono)

El filtro menos importante para el motor pero el más importante para tu vida. Es como si fuera tu pulmón previo, la mascarilla que te pones para trabajar. Su sustitución es indispensable, obligatoria por motivos de salud. Piensa que todo el aire que viene del exterior y entra al habitáculo es lo que vas a respirar durante minutos u horas. Hay filtros simples y filtros de carbono (nuevos). Estos últimos te filtran muchísimo más sustancias que los primeros y están muy recomendados por expertos.

Cambio: se suele cambiar cada 12 meses (6 meses en sitios con clima secano y mucho polen o polvo), o cuando notes que el aire de la calefacción (frío o caliente) no salga con mucha potencia.