¿Cómo puedo mejorar mi factura? ¿Conviene más encender la calefacción por gas o por electricidad? ¿Es más caro el gas o la electricidad? Muchas veces nos preguntamos si tras tener 5 horas encendida la calefacción por gas, si sería más ventajoso conseguir ese mismo calor con algún aparato eléctrico moderno que nos promete un consumo muy bajo. En ciudades del norte de España, de la zona central o del sur (especialmente Granada), puede ser un quebradero de cabeza para caseros e inquilinos, llegar a un consenso entre el gasto de las facturas de luz o gas.

Muchos aparatos eléctricos tienen un consumo muy bajo pero, ¿realmente nos harán ahorrar en la factura de energía? ¿Conviene más el aparato eléctrico? A lo largo de este post daremos respuesta a todas estas dudas y mucho más.

Calefacción por gas vs aparatos eléctricos

La principal ventaja de la calefacción por gas es que tenemos instalados radiadores por todo el hogar o vivienda. Están bien repartidos y con abrirlos completamente en las estancias que más estemos y dejándolos a medio gas en el resto de habitaciones, conseguiremos que tras encenderla 3-4 horas al día tengamos un buen clima dentro de casa. Un hogar confortable, inmejorable quizá.

Por otro lado, los aparatos eléctricos que nos venden en los grandes almacenes, están dispuestos a ofrecernos grandes ventajas como «bajo consumo», «gran rapidez de descarga», «poco ruido», etc. Analicemos uno a uno los detalles:

  1. Si es de bajo consumo, el rendimiento será más bajo también, esto es obvio.
  2. Si tarda poco en calentar la habitación/casa, es porque su consumo será elevado (digan lo que digan).
  3. El ruido. Bueno, es algo subjetivo pero recordemos que la calefacción por gas es actualmente el sistema menos ruidoso que existe (salvo si tenemos la caldera cerca).

Energía: gas o electricidad

Una vez que conocemos los aparatos de gas o electricidad, conviene saber cómo se produce la energía para alimentarlos. El gas puede venir a nuestro aparato por gas ciudad (gas natural) o por gas butano (o propano). La electricidad es quizá la más cómoda, por la invisibilidad de la misma. El gas requiere un mantenimiento mucho más exhaustivo (técnicos y revisiones) mientras que la electricidad no tiene mantenimiento alguno, más que revisar algunos filtros.

La energía se mide en kW, por tanto para saber cuánto cuesta el kW en gas o electricidad, nos iremos a una factura regular a modo de ejemplo. Recordemos que cada compañía aplica unas tarifas o descuentos, recomendamos que contactes con ellos para optimizar tu factura y consumo.

Por lo general, el kW de gas está a 0,05 € y el kW de electricidad a 0,12 €. Por tanto, consumir 1 kW de gas nos costará 0,05 € para nuestro bolsillo. Mucho menos de la mitad que el kW de electricidad.

El gas se lleva el premio

Aunque el gas requiera revisiones, dada sus prestaciones y el reparto de calor por toda la casa, es una mejor opción hasta la fecha si queremos calentar bastantes metros cuadrados y tener una temperatura confortable en invierno. Recordemos que mientras tienes varios aparatos eléctricos encendidos para calentar el hogar, la calefacción por gas puede hacer el mismo trabajo (o mejor) por un 60% menos de precio.

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Hagamos una simulación, para comprender el gasto energético y factura de usar la calefacción durante unas horas, al cabo de una semana, durante un mes, etc. con una calefacción de gas y otra eléctrica a modo de ejemplo. Nota: cada distribuidora de energía tiene unos precios, cada cliente tiene una tarifa, existen periodos fijos, valle, etc.

A. Ejemplo 1: Calefacción por gas. Vivienda de 130 m2, con 9 radiadores en total. La caldera consume 10 kWh. La factura refleja 0,05 €/kWh. Si la encendemos durante 6 horas al día, durante un mes: 10 x 0,05 x 6 x 30 = 90 €/mes (sin contar con gastos fijos de gas, impuestos, etc.).

B. Ejemplo 2: Calefacción por electricidad. Vivienda de 130 m2, con 2 bombas de calor y 4 estufas normales. En total se consumen 8 kWh. La factura refleja 0,12 €/kWh. Si la encendemos durante 6 horas al día, durante un mes: 8 x 0,12 x 6 x 30 = 172,8 €/mes (sin contar con gastos fijos de gas, impuestos, etc.).

Conclusión: en el caso del gas, vemos que es mucho más barato usando 10 kWh, mientras que en el caso de la electricidad, usando 2 kW menos (en total 8 kWh) nos cuesta casi el doble en nuestra factura. Lógicamente, hay aparatos muy ligeros y económicos en el mercado que nos ofrecen un gasto mucho menor, por lo que la factura podría colocarse quizá en los 130 € mensuales (sigue estando lejos del gas natural).

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