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En mi opinión, la Huelga General que va a ser convocada mañana, día 29 de septiembre de 2010, es innecesaria. Tenemos muchas cosas que cambiar en este país, pero desde el punto de vista económico es tan pequeña la huelga, que viene a ser innecesaria.
Está claro que es un hecho simbólico, nada para hacer cambiar el sentimiento de las personas ni para congelar determinados sectores económicos: para eso existen los servicios mínimos. En casi ninguna empresa dejarán de trabajar (por mucho que lo digan) ya que todos tienen un servicio mínimo. Resulta curioso que este servicio mínimo antes sólo estuviese en el Sector Terciario, pero claro, en los otros sectores existiría competencia. Cuando uno tiene algo, todos quieren tenerlo también.
Aunque no es llamado de la misma manera, pero también trabajan con «trabajadores» mínimos, estableciendo excusas insostenibles que justifican la labor en los días de huelga. Está todo muy bien pensado y planeado, pero en mi opinión, repito, es totalmente ineficaz esta huelga.
Hablemos de política por otro lado. Jose Luis Rodríguez Zapatero, presidente de España, tiene como objetivo sostener a España en la zona Euro, no levantar al propio país. Esto a la gente le resulta una barbaridad; los patriotas se dan golpes en el pecho por las espectativas tan «malas» que tiene Zapatero. Ahora bien, os comentaré alguna cosa: si Zapatero no ejerce de administrador en los objetivos a cumplir que nos mandan la Unión Europea, ¿quién lo iba a hacer? Pues esa persona que lo iba a hacer si no estuviese Zapatero, sería Mariano Rajoy, líder de la oposición.
En este momento se invertirían los papeles. Los conservadores (que suelen tener más labia y astucia para «escaquearse» de los temas) comentarían que todo se debe a una reforma a nivel europeo, de la que no tienen permiso para cambiar ningún punto, sólo ejecutar o rechazar la reforma; pertenecer a la Unión Europea o ser expulsados, respectivamente.
La Unión Europea tiene que cumplir el mayor objetivo de todos los tiempos: conseguir que el Euro esté a niveles muy superiores del Dólar; para ello, tiene que realizar una serie de reformas en todos los países miembros, en el que efectivamente se encuentra España (con Jose Luis Rodríguez Zapatero). Si el presidente del gobierno fuese otro, le caería lo mismo. Tendría que ganarse la negación de nuestros ciudadanos y todo lo que eso conlleva. No importaría si fuese de izquierdas o de derechas; caería igual. No se trata de la fuerza o tendencia política que tenga el poder en el país, sino que se trata de aceptar las órdenes de nuestros superiores (zona Euro) para poder pertenecer a la mayor Unión Económica de la historia. Si queremos prosperar como unión y como país, debemos someternos a cumplir la normativa europea (siempre que nos sea beneficioso a largo plazo, puesto que a corto plazo no se puede determinar nada).
Actualmente tenemos la economía más desarrollada e importante del mundo, y eso debe asustarnos a la hora de criticar a un «pobre» presidente del gobierno, (que insisto, sería exactamente igual que fuese de izquierdas que de derechas) cuya única dedicación es la política española dentro de la política europea. Ya lo ha dicho la Unión Europea: antes de invertir en gasto público (lo cual levantaría a la mayoría de empresas de los distintos países) desean la estabilidad del Euro. Este punto es muy importante, y tiene su lógica: si invertimos en gasto público, todas las empresas comenzarán a tener ingresos significativos, habría menos paro y cientos de miles de personas tendrían trabajos dignos. Ahora bien, por otro lado el Euro entraría en crisis (tipo de cambio de la moneda). El Dólar se bebería los últimos jugos del Euro mientras los países miembros estarían aprovechando los últimos fondos para invertirlos en gasto público. Felicidades, sería una mala idea.
Eso es lo que quieren los conservadores: mirar hacia el país y no hacia la unión que formamos. En parte está muy bien eso, demuestra que les interesa su país (o ganar dinero también, pero bueno, lo ignoro) y que se preocupan por él, pero claro… con un pequeño fallo: no les interesa su país a largo plazo, sino a corto plazo. Eso es un error desde mi punto de vista.
Por lo tanto, si nos preocupamos por acatar todas las medidas europeas (que tengan sentido y sean aprobadas en su mayoría) podríamos conseguir no sólo la estabilidad del Euro, sino una revolución en esta moneda respecto al Dólar y otras monedas. Esto nos ubicaría en muy buenos puestos dentro de la economía mundial y, por consiguiente, haría crecer el poder adquisitivo de los países miembros (UE). Si logramos reducir el déficit y no invertir en gasto público, tal y como dice la Unión Europea, podríamos conseguir unos resultados muy positivos. Tan sólo hace falta confiar en el sistema económico tradicional de autorregulación: el mercado se autorregula en los momentos críticos, y eso lo hemos podido comprobar en numerosas ocasiones. También se está implantando una política fiscal restrictiva, la cual reduce el gasto público.
La oposición, sea del tipo de gobierno que sea, debería siempre apoyar a la presidencia. Esto no significa que comparta su misma ideología, pero podrían llegar en muchas ocasiones a puntos intermedios para mejorar los errores y evitar los problemas; esto nunca ocurre así, por eso siempre tenemos un frente en el cual se cometen errores y otro frente en el cual hacen críticas de exactamente todo lo que hacen. A veces les faltan argumentos. Deberían formar una unidad y no rebatir las cosas que hace uno y las cosas que hace otro.